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sábado, 26 de febrero de 2011

De dioses y/o cosmonautas.

Imágenes propiedad de Moulinsart.

Respecto a la temática ovni en la obra de Hergé, los aficionados se vuelcan en el álbum Vuelo 714 (donde la propuesta es sin duda más explícita) pero obvian a menudo Templo del sol. Creo que VueloTemplo guardan una íntima conexión.

El universo tintinesco insinúa, de forma bastante clara, una estructura subterranea en el planeta tierra creada por seres más evolucionados (¿extraterrestres?, ¿humanos del futuro?). Vamos a argumentarlo:

En El Templo del Sol los protagonistas descubren una gruta muy peculiar.

Imágenes propiedad de Moulinsart. El Templo del Sol, página 44 viñeta B1.

Una especie de halo luminoso impregna la gruta inca. Idéntica situación encontraran años después. Distinto lugar, la misma singularidad.

Imágenes propiedad de Moulinsart. Vuelo 714 para Sidney, página 43 viñeta A1.

No acaban aquí los paralelismos. Sin duda todos tenemos presente la entrada de la gruta subterránea  en Vuelo. Es una especie de cabeza gigante de...¿cosmonauta?.


Imágenes propiedad de Moulinsart. Vuelo 714 para Sidney, página 43 viñeta C3.

Pero...¿y el símbolo de Templo del Sol?. El "noble hijo del sol" muestra a los protagonistas el secreto mejor guardado. Una sala sagrada donde los incas ocultan todas sus riquezas. El sacerdote abrirá la entrada pulsando el ojo derecho de una figura.


Imágenes propiedad de Moulinsart. El Templo del Sol, página 61 viñeta D2.

Es la misma figura que aparecerá en Vuelo... Con algún matiz, pero es el mismo dibujo. La misma representación. No es un dios inca...o si, lo es. Pero resulta que es un cosmonauta. La figura sagrada guarda su secreto en el ojo derecho...


Imágenes propiedad de Moulinsart.

...y obviamente, siendo la misma figura, el secreto será el mismo años después.





viernes, 25 de febrero de 2011

Sobre Rascar Capac.

Imágenes propiedad de Moulinsart.
Todo tintinófilo que se precie es sabedor de las abundantes modificaciones que Hergé introducía en sus historias. Afortunadamente, tenemos a mano (gracias a la exhaustiva bibliografía tintinófila) casi todo el material dibujado por el autor.

Una de las asignaturas pendientes de los editores es la publicación de Las siete bolas de cristal tal y como apareció en el diario Le Soir a mediados de los cuarenta. Son diversas las viñetas suprimidas en el álbum, así como los cambios y retoques en algunas escenas. Una muy llamativa es el diseño original de Rascar Capac.

Esta es la secuencia que todos conocemos de la página 32.

Imágenes propiedad de Moulinsart.
 Y esta la versión original, aparecida en la tira diaria del periódico Le Soir en marzo de 1943.


Imágenes propiedad de Moulinsart.

Como podéis observar, la momia no tiene pelo, lleva una diadema diferente e incluso la falda y los pendientes tienen motivos distintos a los del álbum.

viernes, 18 de febrero de 2011

Casi siempre fiel.

Imágenes propiedad de Moulinsart.
Uno de los aspectos más entrañables de “Las aventuras de Tintín” es la fidelidad incondicional entre Tintín y Milú. Si bien es cierto que el sentido del deber del can ha titubeado en alguna ocasión, la lealtad siempre acabó por imponerse a los sabrosos huesos.

¡Y qué decir de Tintín! La de veces que se jugó el pellejo por su amigo…Los ejemplos son numerosos. Veamos, por ejemplo, las primeras páginas de El Loto Azul.



Imágenes propiedad de Moulinsart.

Conmovedor. Pero…cotejemos con la versión original de los años 30.

Imágenes propiedad de Moulinsart.
Parece que la idea original era irse a Shangai sin el perro...

Corramos un tupido velo. Un mal momento del reportero que en ningún caso puede empañar una relación que fue siempre ejemplar. O casi.





sábado, 12 de febrero de 2011

¿Despiste o astucia?

Imágenes propiedad de Moulinsart.

En una conocida (y muy criticada) viñeta de Tintín y los Pícaros, Hergé dibuja a Tornasol bañándose con el albornoz puesto. Supuestamente, el profesor, en un garrafal despiste, olvida quitárselo.

¿Pero fue realmente un descuido?

Tornasol, además de despistado, es extremadamente inteligente. Y menos ingenuo que Haddock. Silvestre viaja a Tapiocápolis para socorrer a una dama, pero en ningún momento da muestras de tragar el anzuelo que han preparado Sponz y compañía. Es más, nada más bajar del avión, se niega a darle la mano al Coronel Álvarez. En toda la secuencia de la llegada a Tapiocápolis el semblante de Tornasol es de desconfianza.


Imágenes propiedad de Moulinsart.

Parece que Tintín no es el único que está en guardia, Capitán. Lapidaria es la viñeta en la que, en un segundo plano, se observa a Tornasol escudriñar el piso con expresión recelosa.


Imágenes propiedad de Moulinsart.

No parece descabellado pensar que nuestro amigo Silvestre es enseguida consciente de la situación (como lo será Tintín unas páginas después). Y un caballero recatado, tímido y pudoroso como él...

Queda a interpretación del lector si meterse en la bañera con el albornoz puesto fue un despiste o una muestra de sagacidad.

viernes, 11 de febrero de 2011

El enigma de las pisadas lunares (o de cómo la obra trasciende a su autor).


Imágenes propiedad de Moulinsart.

Sadoul: En Aterrizaje en la Luna, la escena en la que los Dupondt descubren las pisadas lunares está muy conseguida. Todo está llevado de tal manera que no es posible asegurar si las huellas son de los detectives o no. Realmente, mirado con rigor, cabe la duda…

Hergé: Francamente, este es un detalle en el que no me había fijado.

Conversaciones con Hergé (página 49).

La creación artística es una especie de Frankenstein que va más allá de la intencionalidad del autor. La obra es percibida por una comunidad de sujetos que reinterpretan los elementos objetivos (y que tal vez desentrañan una significación más esencial, pero eso ya es otra historia…).

El escenario es el siguiente: los dos detectives van paseando por la superficie lunar. Caminan, saltan, ríen…De repente, caen en la cuenta de unas huellas. Son dos series paralelas de sendos pies. La solución más obvia es pensar que es su propio rastro. Han vuelto sobre sus pasos y no se han dado cuenta. Es la explicación más plausible.

Imágenes propiedad de Moulinsart.

Pero hay dudas.

La primera es la que señala Sadoul. La secuencia está estructurada de un modo tal que es imposible tener la certeza de nada. A eso hay que añadir que los Dupondt han hecho un buen trecho dando saltos.

A continuación encontramos una viñeta en la que Tintín (el alter ego de Hergé, no lo olvidemos) verbaliza sus dudas. Esta viñeta aparece una vez resuelto el misterio. No es un recurso narrativo para darle emoción al relato. ¿Por qué esa pregunta? ¿No está todo aclarado?

Imágenes propiedad de Moulinsart.
La escena finaliza con una viñeta que deja la autoría de las pisadas muy en el aire.
Imágenes propiedad de Moulinsart.
Años más tarde Hergé crearía Vuelo 714 para Sidney...

miércoles, 9 de febrero de 2011

Milú el pulgoso.

Imágenes propiedad de Moulinsart.

Hablar y pensar en un idioma diferente al de Hergé hace que se nos escape algún que otro guiño.

Si echáis un vistazo a las primeras páginas de El Secreto del Unicornio veréis que Milú no deja de rascarse. En todas las viñetas. La razón es que en francés “mercadillo” o “rastro” se dice “marché aux puces”. Y sí, “puces” significa pulgas. Así pues, toda la secuencia en la que Tintín y Milú pasean por el “marché aux puces” Milú se rasca…porque tiene “puces”.


 Imágenes propiedad de Moulinsart.


martes, 8 de febrero de 2011

Del señor Sauterne a la señora Laijot.

© Hergé/Moulinsart 2012.
  
Un apunte sobre la metodología de trabajo de Hergé. Y de cómo guión y dibujo se confunden, trabajando en sinergia (impulsándose el uno al otro) hasta dar con la expresión final.

Nos situamos en la plancha 20bis de Tintín y el Arte-Alfa. Tintín interroga a la secretaria de la galería Fourcart: “¿Además de usted, hay alguien más trabajando en la galeria?”

La secretaria responde afirmativamente. Además de ella, está la oficina del contable, el señor Sauterne. Pero el genio creativo es continúa modificación, y en el siguiente esbozo vemos que de Sauterne pasamos a Vilinjot, luego a Bojot y finalmente Laijot.


© Hergé/Moulinsart 2012.

© Hergé/Moulinsart 2012.


En la tira de esbozos que sigue, la figura masculina del contable se feminiza. También en lo psicológico. El relato prosigue con la indignación de la ya madura señora Laijot: “25 años trabajando como una esclava para que sospechen de mí…”






Este decoupage de la plancha 20bis afectara al crayonne de la tercera plancha. Mientras Haddock pasea cerca de la galería, aparecerá en un segundo plano la señora Laijot, con un libro en la mano cuyo título será “Je fus esclave”. Detalle que pasará desapercibido en la primera lectura. Solo después, al hacer una relectura, el lector habría reparado en este guiño, a la vez que se congratulaba por encontrar elementos nuevos cada vez que releía sus “tintines”.

© Hergé/Moulinsart 2012.
 
(editado el 4 de noviembre de 2012)

A todo esto, como bien señala nuestro compañero Chester en los comentarios, el personaje de la señora Laijot es un homenaje a la colorista Josette Baujot, que abandonó por jubilación los estudios en el año 1978, después de 25 años de servicios como colorista.


Bibliografía:

Tintin et l'Alph-Art, de Hergé. Casterman (1986).

Tintin et l'Alph-Art, de la introducción de Benoit Peeters. Lombard (1987).