Stratonef H22

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domingo, 30 de diciembre de 2012

El enigma del pedestal vacío

© Hergé/Moulinsart 2012

1979. Es el 50 aniversario de Tintín y Bruselas acoge la exposición “El museo imaginario de Tintín”. El éxito es apabullante y la organización está desbordada. Multitud de tintinófilos se acercan a la exposición para disfrutarla y saludar a Hergé. Entre esa multitud, dos jóvenes tintinófilos creen haber descubierto un hallazgo fabuloso. En el cartel de la exposición, al fondo, desapercibido, hay un cajón, un pedestal, vacío.


El pedestal vacío.

Las especulaciones se suceden entre los dos jovenes. Uno de ellos, el más ingenioso, habla en voz alta (ante la mirada incrédula de los tintinófilos que le rodean) sobre el pedestal de Kih-Oskh que precede al cajón vacío, su clara connotación taoísta, sobre el ser y la nada...

Finalmente los dos aficionados logran abordar a Hergé. Este queda estupefacto ante sus teorías...

-Yo no conocía el Tao en los tiempos de Cigarros...

-¡Pero entonces (insiste el joven) por qué hay un pedestal vacío, justo en frente, en el cartel!
-¡Ah! ¡El famoso pedestal! Eso es cosa de Bob de Moor, no está mal que alguien se lo recuerde.

Bob de Moor, la mano derecha de Hergé.


Los chicos, tras mucho esfuerzo, se topan con  De Moor. Excitados le inquieren sobre la cuestión. Finalmente, el gran enigma, el significado del cajón vacío, va a ser desvelado.


-¿Que qué significa? ¡Pues que el impresor estaba en la luna! Le dejé bien claro que cortara la imagen más abajo, pero no lo ha hecho. Y ahora tenemos ese absurdo cajón vacío en el cartel. Es un error, pero tiene su gracia. Hergé y yo nos reímos cada vez que lo vemos.

Feliz entrada de año y mis mejores deseos para todos.


Bibliografía:

Hergé, portrait biographique, de Smolderen y Sterckx, (Casterman 1988) Capítulo 38.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Bellier


No es este un blog de actualidad ni pretende serlo. Ya hay otros espacios y muy buenos para eso. Pero por encima de todo está el sentimiento de gratitud. Aquí mismo, en este blog, hemos hecho referencia a la página de Bellier en más de una ocasión. Imposible no hacerse eco de esta notícia. Daniel Bellier falleció el pasado 6 de diciembre. Esperemos que su página siga activa a pesar la muerte del autor, porque es una auténtica joya. Aunque, obviamente, ahora eso es lo de menos. Las condolencias a la família.

Muchas gracias señor Bellier y hasta siempre. (gracias a Samy por avisar)

http://www.bellier.org/

viernes, 7 de diciembre de 2012

Recomendación



Al fin...Tras muchos años de espera, aquí tenemos el anhelado 7 boules de cristal en versión de Le soir. La semana que viene aparecerá publicado (precisamente con el periódico Le soir). Es una sensación muy parecida a la salida de un álbum nuevo. Tan pronto como caiga en mis manos haremos una reseña por aquí. ¡No os lo perdáis, porque estamos de enhorabuena! (muchas gracias a Alejandro por avisar)

lunes, 3 de diciembre de 2012

Hergé Fils de Tintin

Portada del libro de Peeters.


"A día de hoy, Le monde d'Hergé no me satisface. En el momento en que lo estaba escribiendo los archivos manuscritos eran inaccesibles, los testimonios se escudaban en la prudencia y yo mismo estaba, por aquel entonces, lejos de calibrar toda la dimensión del personaje" (Benoît Peeters, en el prólogo)

Esta biografía se publica en el año 2002. Situémonos. Los pocos textos biográficos aparecidos en vida de Hergé (las obras de Vandromme o Sadoul) tienen un halo de oficialidad que les resta credibilidad. A todo esto, Hergé no acaba de quitarse de encima la etiqueta de colaboracionista, misógino o racista. Es imperativo un biógrafo independiente y de prestigio que restituya la imagen del autor. El elegido es Pierre Assouline, biógrafo de figuras tan reconocidas como G. Simenon. Las condiciones de Assouline para aceptar el encargo son: libertad total para consultar los archivos y ninguna censura. Sus condiciones son aceptadas y, en 1996, aparece la biografía. Los herederos de Hergé quedan muy molestos con el resultado; el libro deja una imagen de Hergé llena de sombras. Años después Moulinsart le encargara a Goddin, el archivero oficial, una nueva biografía: Lignes de Vie.


Los escasos documentos gráficos se encuentran en las páginas centrales.


Entre estos dos episodios hay que situar Hergé Fils de Tintin. Después de Assouline y antes de Goddin. Peeters no tiene acceso a los archivos personales de Hergé, como sí los tuvieron Assouline y Goddin. Así, haciendo de la necesidad virtud, Peeters hace una biografía de Hergé bajo unos parámetros diferentes: la piedra angular son los testimonios de la gente que conoció a Hergé así como su obra. Assouline trabajaba en base a los documentos escritos (el concepto de “entrevista personal” o “testigo” era menospreciado en su metodología). Peeters es consciente de sus puntos fuertes, nadie conoce la obra de Hergé como él. La biografía de Peeters está basada en las entrevistas personales que le concedieron, así como en la interpretación de los álbumes de Tintin, que de alguna manera son un reflejo de la vida personal del autor (y, por supuesto, también valiosos documentos epistolares, cortesia de Germaine).

El resultado es una biografía que ni es completa ni pretende serlo. El libro se centra en una serie de episodios de la vida de Hergé que Peeters considera fundamentales. Esta biografía no es tan completa como la de Assouline. No tiene el valioso aporte documental de las mil páginas de Lignes de Vie. El apartado gráfico es paupérrimo. Y sin embargo, para el que escribe estas líneas es la biografía más apasionante de las que han caído en mis manos. Es necesario hacer previamente una lectura de alguna biografía más general, porque solo con este libro el lector quedará con muchas lagunas. Pero, una vez el aficionado tiene en la cabeza un mapa general de la biografía de Hergé, este texto se me antoja imprescindible.


FICHA TÉCNICA:

Hergé Fils de Tintin de Benoît Peeters.

Editor: Flammarion (2002).

Dimensiones: 15 x 24 (tapa blanda).

Páginas: 512

Idioma: francés

ISBN: 2-08-210042-1

lunes, 26 de noviembre de 2012

Estética Borduria


© Hergé/Moulinsart 2012.

¡Por los bigotes de Plekszy-Gladz!

Plekszy-Gladz, como bien sabéis, es la figura a la que se rinde culto en el álbum El asunto Tornasol. Toda la secuencia del episodio que transcurre en Borduria está llena de guiños y referencias al dictador, personaje inspirado en Stalin.

Ya el guiño empezaba en la portada del título, que quedó abortado por el editor. Hergé ideó una cubierta donde los cristales del dibujo eran reales, unos cristales en relieve...de plexiglas (Plekszy-Gladz = Plexiglas). A Casterman le pareció muy costoso hacer esto y la cubierta mantuvo sus ortodoxas dos dimensiones, quedando desprovista de su sentido original, razón por la cuál es, tal vez, una de las portadas más flojas de la serie (sé que esta afirmación escandalizara a muchos aficionados que la cuentan entre sus favoritas).

© Hergé/Moulinsart 2012.

Es una delicia recrearse en los detalles del paisaje bordurio. Szohod, el nombre de la ciudad, ya incluye una peculiaridad ortográfica: un acento en la “o” en forma de mostacho. 

Los mostachos del dictador están presentes por todos los lados: los guardabarros de los coches, la forma del acento del hotel (47D1), los paños de las puertas (47D4), los soportes de las lamparas (48B1), el manguito del maletero de un coche (50D2), la silueta de la gorra de los agentes (51A2), las marcas del cuello de sus camisas (51A3, y ver...¡52A1!), la forma de la barbilla de un personaje (¡¡52A2,A3, B1 y B2!!). Muy atentos a la cara del personaje de 52D2, y de como sus cejas y las arrugas de su frente forman la insoslayable silueta. La condecoración de hierro de Sponz (54D4), el adorno de mesa en 55D1-D3 (con sus dos ojos incluidos), o la caseta de los guardias (56D3).


Bibliografía:

L'Affaire Tournesol, de Hergé. Casterman (1956).

Dossier Tintin, de Frederic Soumois (pag. 248). J. Antoine (1987).

martes, 30 de octubre de 2012

Hergé: catálogo exposición Pompidou



Portada del catálogo.

Fachada del Pompidou durante la exposición.

Entre el 20 de diciembre del 2006 y el 19 de febrero del 2007, el centro Georges Pompidou de París realizó una monumental exposición sobre Hergé para conmemorar el centenario de su nacimiento.

Ya la exposición se iniciaba en las afueras del museo, donde un impresionante mural del cohete lunar adornaba la fachada del centro. En el interior se mostraban planchas, portadas alternativas, y todas aquellas cosas que nos vuelven locos a los aficionados. La exposición fue gratuita. 

No era gratuito el fabuloso catálogo que se editó, pero ahora, unos años después, podemos tener esa joyita a un precio irresistible (muchas gracias Nowhereman).



El tomo está editado en tapa dura y tiene un (necesario) flexible lomo de tela para poder soportar las más de 1000 páginas de las que consta el catálogo. Nada más abrir el volúmen, llaman la atención las guardas: una foto panorámica de la fachada del Pompidou con un inmenso mural del cohete lunar.

El libro en sí es genial, con papel de alto gramaje e ilustraciones a todo color. Es un libro para ser visto más que para ser leído. Tal vez se echa en falta alguna foto de la exposición en sí, son todo ilustraciones sobre Hergé y la obra de Hergé. La mayoría de ellas los más veteranos ya las tenemos vistas, pero de todos modos siempre es agradable ver viñetas ampliadas o dibujos del maestro en una edición de calidad. Un libro absolutamente recomendable y para paladear poco a poco.


El catálogo tiene algunas ilustraciones fantásticas.


FICHA TÉCNICA:

-Hergé- (catálogo exposición Pompidou)

Editor: Moulinsart (2006).

Dimensiones: 15'5 X 15'5 (tapa dura).

Páginas: 1050.

Idioma: francés.

ISBN: 978-2-87424-099-7




Webgrafía:

http://www.elmundo.es/elmundo/2006/12/19/cultura/1166552261.html

http://elpais.com/diario/2006/12/21/cultura/1166655601_850215.html

http://www.tintinologist.org/gallery/folder/exhibitions/pompidou2007

martes, 16 de octubre de 2012

¿Dupond o Dupont?

© Hergé/Moulinsart 2012.

Todo aficionado sabe que los dos detectives, los Dupondt, tienen la última letra de su apellido diferente. Uno es Dupond y el otro Dupont. También, todo aficionado sabe que otra singularidad es la forma del bigote. El uno lo lleva peinado con un repunte hacia arriba y el otro hacia abajo. Pero solo los aficionados más fieles saben quién es Dupond y quién Dupont.

Los dos estilos de bigote de los detectives.

Dupond lleva el bigote derecho (droite), como si fuera un cepillo. Por su parte, Dupont, lo lleva torcido (tournante), con repunte, al estilo de Salvador Dalí.

Así pues, ya no tenemos excusa para no diferenciar a los personajes, no hay confusión posible. O no debería de haberla. Pero si a pesar de todo alguien se equivoca, que no se preocupe...¡porque Hergé también se equivocó! Así se lo hizo saber Numa Sadoul en las conversaciones, al respecto de Tintín y los Pícaros:
Sadoul: -Un pequeño detalle: en la página sesenta, los Dupondt están invertidos. ¿Se trata de un error o es que os divertís haciendo esto para poner a prueba a los lectores y ver si son lo bastante listos?

Hergé: - ¿Que me dice? ¿Un error? Vamos a ver...Sí, sí, debí de ponerme el dedo en el ojo al hacerlo. Os aseguro que es totalmente involuntario.


© Hergé/Moulinsart 2012.






Así es. En 60A2 los personajes están invertidos. Dupond afirma "un Dupont veut voir la mort en face..." mientras que Dupont dice "un Dupond veut voir la fort en masse".











Bibliografía:

Tintin et les Picaros, de Hergé. Casterman (1976), pag.60.

Trace RG, de Van Opstal,  Lefrancq (1998), pag.31.

Converses amb Hergé, de Numa Sadoul, Joventut (1986), pag.122.

viernes, 12 de octubre de 2012

Sobre los facsímiles de Tintín (II)


Segunda entrega de este ciclo dedicado a los facsímiles. El objetivo de estas entradas es que los poseedores de estos álbumes disfruten y le saquen todo el partido a sus singularidades. Y a los que no los tienen, incitarles a que algún día se hagan con ellos porque son una inversión que merece mucho la pena. Vamos con otro puñado de curiosidades que tanto nos hacen gozar a los viejos aficionados.


© Hergé/Moulinsart 2012.
El álbum Stock de Coque fue uno de los títulos que mayores quebraderos de cabezas dio a Hergé. Se le acusó de racista por caricaturizar la forma de hablar de los personajes negros. Todos los bocadillos de las páginas 50-51 fueron reescritos. También las expresiones de Haddock fueron suavizadas. Sobra decir que en el facsímil tenemos todos los diálogos originales. También en este título hay otra curiosidad. Se trata de la carta del Emir a Haddock de la página 6. La carta original era muy simplona, denotaba un bajo nivel cultural del Emir. Este detalle fue cambiado para siempre y en las ediciones actuales tenemos una carta más larga, culta y florida.



© Hergé/Moulinsart 2012.
© Hergé/Moulinsart 2012.
Siguiendo con el tema de los personajes de color, en el álbum Tintín en América fueron suprimidos todos. El álbum original estaba repleto de personajes secundarios negros, pero en posteriores ediciones fueron redibujados y “blanqueados” para evitar herir susceptibilidades. En las ediciones actuales solo aparece un personaje negro, en la primera viñeta...pero también está redibujado. En la edición original tenía una boca y labios muy exagerados. Este facsímil es una oportunidad deliciosa para recrearse en todos estos detalles mientras cotejas con una edición actual.

© Hergé/Moulinsart 2012.
El error en la portada de la versión a color de El cetro de Ottokar fue simplemente garrafal. En el año 1947, Tintín ya vestía el clásico jersey azul que no abandonaría hasta el final de la serie. Pero en el álbum no, estila la camisa amarilla de sus primeras aventuras. Y sin embargo, en la portada, Hergé dio un salto en el tiempo sin quererlo y dibujó a Tintín con el jersey que aún tardaría unos años en vestir. En las ediciones posteriores, y hasta nuestros días, las portadas de este título han arreglado el asunto pintando de color blanco o amarillo el jersey de la portada. Tener el facsímil de este título es una ocasión única para recrearse en este gracioso detalle.





© Hergé/Moulinsart 2012.

Y otra de portadas. Todos sabéis que Tintín en el país del Oro Negro es uno de los facsímiles imprescindibles, puesto que contiene la versión no modificada posteriormente por Bob de Moor. Pero es que ya sólo la portada justifica la compra de este título. En 1950, los señores de Casterman todavía no tenían sofisticados estudios de mercado, como aquel que dice que los álbumes con la palabra “Tintín” en el título se venden mejor. Así pues, este facsímil nos da la oportunidad de tener el álbum con su título original en la portada, “En el país del oro negro”. Así, a secas.





La idea inicial era dedicar un ciclo de tres entradas a los facsímiles. Pero el tema da para algunas más, y servidor tiene en la cabeza entradas interesantes que llevo postergando desde hace tiempo. Así pues, con el beneplácito de los lectores (cada vez más numerosos) de este blog, me reservo, a modo de comodín, dos o tres entradas más sobre este tema para los próximos meses. Por ahora lo dejamos aquí.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Sobre los facsímiles de Tintín (I)

Captura de los lomos de piel de unos facsímiles.


Los facsímiles de los álbumes de Tintín están repletos de pequeños detalles y matices que hacen las delicias del aficionado. Un facsímil, además de ser una edición de lujo, es una replica exacta de la primera edición del título que reproduce. Las primeras ediciones de los álbumes estaban cargadas de elementos que fueron suprimidos o rectificados en las ediciones posteriores. O de simples errores de edición. La única manera de tener una edición tal y como fue inicialmente concebida es tener un facsímil (aparte, por supuesto, del costoso camino que supone tener las primeras ediciones originales). Vamos a hacer un repaso, que en ningún caso pretende ser exhaustivo, de algunos bonitos a la par que curiosos detalles con los que podemos disfrutar, y que en ningún caso están a disposición del tintinero que solo tiene las ortodoxas ediciones actuales.


© Hergé/Moulinsart 2012.


En El cangrejo de las pinzas de oro, en su edición original en blanco y negro, hubo un error de impresión. Así, en la hoja de presentación, el símbolo del cangrejo apareció boca abajo. Obviamente esta errata fue corregida en posteriores ediciones. En el facsímil de este título, como no podía ser de otra forma, la errata se reproduce y podemos sonreir con este gracioso detalle.






© Hergé/Moulinsart 2012.



Seguimos en la hoja de presentación. La edición original de Las 7 bolas de cristal venía acompañada de una fantástica ilustración de Rascar Capac, amenazante, con una esfera en sus manos. Pero al editor le pareció una imagen demasiado aterradora para los niños y pidió a Hergé que la sustituyera por una más amable. Con el facsímil de este título, tenemos el álbum con la intimidatoria presentación original.





© Hergé/Moulinsart 2012.



Uno de los facsímiles imprescindibles es La isla negra, ya que contiene la versión original. Pero hay algún que otro detalle curioso. Página 18C1...¡hay un bocadillo en blanco! Que nadie se apure, está hecho expresamente. Fue un error de la edición de 1941 que se reproduce fielmente en el facsímil.





© Hergé/Moulinsart 2012.



Por razones obvias, en la traducción castellana este detalle (como tantos otros) se pierde. Pero en las ediciones internacionales de El Templo del sol, destacan las frases en perfecto castellano de Chiquito. Menos perfecto era en la primera edición, donde un conocedor del castellano sonreiría ante ciertas barbaridades ortográficas. También estos detalles podemos apreciarlos en el facsímil.





Le dedicaremos un ciclo de tres entradas a este tema, con más detalles sabrosos a fin de poder disfrutar y sacarle todo el jugo a estas fantásticas ediciones, los facsímiles.



miércoles, 19 de septiembre de 2012

Sobre un pastiche de Picasso

Pintura de Pablo Picasso (1881-1973)

En el álbum Stock de Coque aparece un curioso cuadro en el camarote de Rastapopoulos. Se trata de una pintura de estilo contemporáneo, de Picasso concretamente. ¿Es un elemento decorativo elegido al azar? ¿O Hergé, como tantas otras veces, nos está mandando un mensaje cifrado?

¿Por qué un cuadro contemporáneo (que tanto gustaban a Hergé) en el camarote del villano?

© Hergé/Moulinsart. 36C3

Puede ser que Hergé esté denunciando que el arte, muy a menudo, es confiscado por individuos que confunden el acumular con el coleccionismo. El arte como objeto de especulación. En las viñetas inferiores a 36C vuelve a aparecer un primer plano de Rastapopoulos donde Hergé dibuja un pedazo de cuadro. Es justo el fragmento  que muestra la mano abierta. Rastapopoulos no es un amante del arte, es un usurpador, un snob.

Y en tanto que snob, Rastapopoulos es incapaz de comprender la razón de ser del movimiento post-cubista (estamos en los cincuenta) , no entiende el contenido de los cuadros. Vemos que también aparece en la pintura una inmensa nariz...

© Hergé/Moulinsart. 36D2

¿Es el cuadro además una mofa de su propietario?

Bibliografía:

Coke en Stock, de Hergé. Casterman (1958). Pg: 36.

Hergéologie, de Pierre Fresnault. Iconotextes (2011). Pgs: 91-92.

viernes, 31 de agosto de 2012

Promoción abortada


 © Hergé/Moulinsart.

Estamos en el año 1941. En pleno conflicto bélico los abastecimientos de papel escasean, como tantas otras cosas. Tintín, aprovechando el tirón que le otorga aparecer en las páginas del intervenido Le Soir, goza de más popularidad que nunca. Sus libros (las majestuosas ediciones en blanco y negro parecen más libros que álbumes) se venden como churros...pero en Casterman andan preocupados. El nuevo título de próxima aparición, El cangrejo de las pinzas de oro, ha vendido sus 8.000 ejemplares de tirada antes de imprimirse y no dejan de llegar nuevas peticiones.

El álbum aparecerá en diciembre del 41. Para el día de San Nicolás (el 6 de diciembre) Hergé a preparado dos bellos dibujos promocionales para el periódico. Pero estamos en noviembre y ya no hay nada que vender...porque está todo agotado antes de imprimirse. Casterman le pide al dibujante que suspenda toda promoción del título. Carta de Charles Lesne a Hergé el 20 de noviembre de 1941:

"Si es posible, sería deseable que suspendieras la publicidad que había prevista...Las reservas llegan en tal avalancha, que van a sobrepasar con creces la magnitud de nuestra tirada y no tenemos papel para hacer, a corto plazo, una reimpresión. Actualmente, la situación es tal, que los talleres de producción no pueden seguir el ritmo de nuestras expediciones".

Una lástima por esos dos bonitos dibujos de promoción que quedaron en un cajón y sin publicar.

© Hergé/Moulinsart.
Bibliografía:

Hergé fils de Tintin; de Benoit Peeters, Flammarion (2002), Pg. 186.

Archives Tintin, Le crabe aux pinces d'or. Casterman (2011), Pg. 31.

martes, 14 de agosto de 2012

Kropow: los umbrales de la percepción

 © Hergé/Moulinsart.

"Un mensaje subliminal es un mensaje o señal diseñada para pasar por debajo (sub) de los límites normales de percepción. Puede ser también una imagen transmitida de un modo tan breve que pase desapercibida por la mente consciente pero aun así, percibida inconscientemente". -Wikipedia

Ver una película de Kubrick produce una sensación extraña, onírica. Más allá de la indudable maestría del director, el espectador siente, en algunas escenas, una sensación mágica. El efecto es buscado por el director y tiene una explicación sencilla: la película está plagada de elementos subliminales. Un ejemplo puede ser La naranja mecánica. Hay una escena en la que los protagonistas están cenando en el comedor. En cada secuencia, Kubrick crea una contradicción: el vaso que estaba vacío, ahora está medio lleno, el cuadro de los segundos planos cambia, los cubiertos van variando de posición, el pañuelo que aparece en el bolsillo de un personaje desaparece en la siguiente secuencia...Obviamente, el espectador está pendiente de los diálogos, de la intriga, y no se percata de todo esto. Pero su cerebro sí y procesa una información del entorno contradictoria. El sujeto perceptor siente que hay algo extraño,  pero no es capaz de racionalizarlo. Es un "no sé qué".



© Hergé/Moulinsart.

Parece ser que Hergé y Jacobs también gustaban de provocar en el lector estas sensaciones mágicas. Las escenas que transcurren en el castillo de Kropow, en el álbum El cetro de Ottokar, tienen algo especial. La clave está (entre otras cosas, por supuesto) en los murales. Los frescos que hay en los muros del castillo tienen vida, se mueven, mandan señales subliminales al lector y está por descubrir si contienen algún mensaje específico.

Esta página la habremos leído decenas de veces. Vamos a ver como una espada va atravesando a todos los personajes, como una flor (la espada y la flor) va cambiando de ubicación y la aparición de extrañas figuras.





 © Hergé/Moulinsart. Clica en la imagen para ampliar.

Son unos murales hostiles a los protagonistas. En la primera viñeta tenemos una disposición de lo que en teoría debería de ser un cuadro inmóvil (obviamente). Pero en la siguiente viñeta empiezan las agresiones. La espada atraviesa a uno de los personajes. El jinete agrede con una patada en la boca al rey. Por otro lado, vemos que aparece, en el mismo mural, un misterioso personaje de la nada (su pie se posa sobre el pecho de un supuesto cadáver). Y atención a la flor, porque se va a desplazar en el sentido inverso a las agujas del reloj. En la tercera viñeta de esta serie, la espada atraviesa al rey y la flor ya está claramente en movimiento.

En las viñetas siguientes podemos ver como la flor mantiene su órbita, su movimiento, y como Tintín es brutalmente atravesado por la espada. Algo muy curioso es que, al entrar en escena los Dupondt...¡la espada desaparece!

¿Tal vez es porque ya han recibido lo suyo en la página anterior?

© Hergé/Moulinsart.
© Hergé/Moulinsart.

Regardez bien, Dupond...porque de esos inofensivos arbustos acaba de aparecer un pequeño dragón.


Bibliografía:

Le sceptre d'Ottokar, de Hergé. Casterman (1947). Páginas 43-44.

martes, 7 de agosto de 2012

Modelo Rastapopoulos

Hergé, luciendo su Stetson.

"Los malos tampoco son tan malos..." - Hergé (octubre de 1971).
     
Durante la gestación de Tintín en el Tíbet, Hergé hace un ejercicio de catarsis y empieza a captar matices. Eso se corrobora en Las Joyas de la Castafiore, donde lo cotidiano recupera su jerarquía. Tras esto, Vuelo 714 para Sidney supone “el retorno a la aventura”, pero ya nada volverá a ser lo mismo. La frontera entre el bien y el mal se hace cada vez más equívoca, por no decir que se disuelve. Los villanos, otrora despreciables, son ahora unos personajes más simpáticos. Y, por qué no, modelos a imitar como el mismo Tintín.


Imágenes propiedad de Hergé/Moulinsart.


En 1968 se publica Vuelo 714 para Sidney. Hergé, tres años más tarde, en un viaje a Dakota del sur, no dudará en hacerse con un sombrero Stetson clavado al del malvado personaje. No dudará en reconocer que admira el look del villano y que posa con el sombrero delante del espejo. Y no dudará cuando, en un reportaje fotográfico, posará como el tirano, con el mismo sombrero, el mismo estilo de camisa, el mismo estilo de corbatín...
            



Hergé - He querido desmitificar la aventura, en cierto modo, a través de los malos, que no lo son tanto, y de los buenos, que tampoco lo son demasiado.

Sadoul - ¡Rastapopoulos es magnífico, presentado como un cowboy de gran lujo!

Hergé - A mí su sombrero me encanta. Me compré uno muy parecido en los Estados Unidos, en Rapid-City, un pueblecito de Dakota del sur. Es un magnífico Stetson, duro como si fuese de madera, absolutamente indeformable.

Sadoul - ¿Se lo pone alguna vez?

Hergé - A veces sí, en mi casa, por el puro placer de mirarme en el espejo.


Hergé, posando ante la cámara.
                   

Bibliografía:

Vol 714 pour Sydney, de Hergé, Casterman (1968). Pgs: 19, 20 y 21.

Conversaciones con Hergé, de N. Sadoul, Juventud (1986). Pg: 115.

Hergé collectionneur d'art, de Sterckx y Soupart, La renaissance du livre (2006). Pgs: 35, 57 y 69.

sábado, 28 de julio de 2012

Tout Hergé

Tout Hergé, de Stephane Steeman.

"El coleccionista suele estar mal considerado; se burlan de él y a veces es motivo de envidia. Pero es gracias a él que las cosas sobreviven. Los autores son también un poco conservadores de sus cosas. Hergé lo era." --- Stephane Steeman

Era Junio de 1985 cuando Stephane Steeman fundó la asociación Les amis d'Hergé. Justo seis años más tarde, el 8 de junio de 1991,  se inauguraba en Bélgica la exposición Tout Hergé con la colección privada de Steeman. Este libro es el catálogo de esa exposición. Para que os hagáis a la idea, es el mismo caso de Jordi Tardà, cuya exposición en el año 2007 dio pie a un libro que es preciado objeto de coleccionistas por su limitada tirada. El Tout Hergé, a pesar de ser publicado por Casterman, corrió la misma suerte y está fuera de catálogo.

Unas bellas cucharas de Tintín.
Siempre es agradable echar un vistazo a las piezas de un coleccionista, incluso de los más modestos. Pero el catálogo de Steeman es abrumador por la calidad de sus adquisiciones, fuera del alcance de los aficionados de a pie. Steeman llegó a entablar amistad con Hergé y ha tenido acceso a planchas originales, dibujos, innumerables dedicatorias... Solo decir que hace pocos años, los herederos legales de Hergé se hicieron con buena parte de la colección de Steeman. Hay piezas de un valor único, incalculable.

A lo largo de las 64 páginas del libro vemos desfilar objetos de un valor económico y estético estratosférico: cucharas, ediciones antiguas, dibujos del maestro de los años 20, maquetas de Moulinsart, puzzles de edición limitadísima que son auténticas joyas, teléfonos de juguete, marionetas con su teatro, discos, calendarios...


Rara maqueta de la entrada de Moulinsart.


¿Estamos ante un “imprescindible” de la biblioteca del tintinófilo? En mi opinión no. Un catálogo nada tiene que ver con los detallados estudios sobre la obra de Hergé de Peeters, Soumois, Goddin, Apostolides y compañía. Pero cuando uno se adentra en esta maravillosa afición, tarde o temprano acaba mirando de reojo el mundo del coleccionismo. Eso no significa que vaya a convertirse en uno de ellos, pero echar una mirada es inevitable. De modo que, en el camino del tintinero, tarde o temprano se acaba adquiriendo un catálogo de este tipo para admirar alguna colección. Y puestos a elegir uno, me quedo con el de Steeman, el coleccionista de los coleccionistas. Tout Hergé es un catálogo delicioso, un libro a tener en cuenta.


FICHA TÉCNICA

Tout Hergé, de Stephane Steeman

Editor: Casterman (1991)

Dimensiones: 23 X 31 (Tapa dura)

Páginas: 64

Idioma: Francés.

ISBN:  2-203-00406-1 (existe una edición Princeps de este catálogo)
 




miércoles, 18 de julio de 2012

Re-mi

Pentagrama musical.

Dicen que las brujas no existen, pero “haberlas haylas”. Lo que vamos a analizar a continuación es uno de los elementos subliminales más alucinantes de la obra de Hergé. ¿Es todo fruto del azar? Lo dejo a vuestro criterio pero, casualidad o no...ahí está.

Las joyas de la Castafiore. Un episodio donde el aspecto musical está muy presente. Una cantante de ópera, su pianista, gitanos con guitarras...Durante la lectura del álbum, en diversas ocasiones, en la parte superior de las viñetas aparece un pentagrama musical con sus correspondientes notas musicales. En principio, un lector normal no presta especial vigilancia a la disposición de las notas del pentagrama. Pero Frederic Soumois y Benoit Peeters sí lo han analizado (sobretodo el primero).


Imágenes propiedad de Hergé/Moulinsart.

Según Frederic Soumois, Hergé utiliza la notación del pentagrama musical para hacerse presente en los momentos de un mayor suspense. Se indican toda una serie de viñetas donde las notas musicales empiezan o terminan por “re-mi”, coincidiendo siempre con momentos de máxima tensión o de resolución de una situación.


Imágenes propiedad de Hergé/Moulinsart.

Traduzco un extracto del libro Dossier Tintin; Soumois tiene la palabra:

Estas rupturas designan claramente al autor, Georges Remi (Re-mi), en los momentos de un más álgido suspense. Uno podría pensar en una casualidad si todas las otras secuencias con notas musicales del álbum, que no presentan ninguna situación de suspense, no estuvieran desprovistas de esta sucesión de notas.[...] La notación musical sirve al autor para reafirmar, en una filigrana, su omnipresencia en el relato.

Imágenes propiedad de Hergé/Moulinsart.

En la viñeta 53D1, la última con pentagrama del álbum, las dos primeras notas vuelven a ser “re-mi”...

Bibliografía:

Les Bijoux de la Castafiore  de Hergé, (páginas 19,20,43,44,50,51,52 y 53), Casterman (1963).

Dossier Tintin de Frederic Soumois, (páginas 278-279), Jacques Antoine (1987).

Les Bijoux Ravis de Benoit Peeters, (página 202), Les impressions nouvelles (2007).